VAMPIROS

Si hay en el mundo una historia acreditada, es la de los VAMPIROS. No les hace falta nada: testimonios orales, certificados de personas notables, de cirujanos, de curas, de magistrados. La evidencia juridica es de las mas completas. Con todo, ¿quien cree en los vampiros? ¿seremos todos condenados por no haber creído en ellos?

J.J Rousseau

3.06.2010

Allan Menzies

Un joven escoces dispuesto a todo por convertirse en un vampiro.



Él se obsesionó con la peícula "Queen of the dammed" (la Reina de los condenados), basada en la novela de Anne Rice, en la cual la protagonista en una vampiresa llamada Akasha, esté declaró que ella había venido hacía él con la promesa de la inmortalidad, de volverlo un vampiro si el efectuaba un asesinato, y el asesinato fue cometido, mató a un amigo suyo llamado Thomas McKendrick, de 21 años. Estó ocurrió un día en que comentando la película Thomas se burló de Akasha, lo cual enojó mucho a Allan, este se abalanzo sobre él, lo apuñalo 42 veces y le destrozó la cabeza, después bebió su sangre y comió parte de su cerebro.

Durante el juicio no mostró arrepentimiento en ningún momento e insistia que al hacer estó, gracias a Akasha, se convirtió en vampiro.

El juez dictó la sentencia en 2003, condenándolo a cumplir al menos 18 años en prisión, sin posibilidad de salir en libertad condicional, diciendo que era "un demonio, violento y altamente peligroso, no apto para estar en libertad".

Allan apareció muerto en su celda dándose la noticia el 15 de noviembre de 2004. Se cree que se suicidio.

El joven estaba fascinado igualmente por el dictador alemán Adolf Hitler y por Mathew Hardman, un galés de 17 años que saltó a las primeras páginas de la prensa británica en 2001 cuando mató a su vecina de 90 años y se bebió su sangre. En el domicilio del acusado los investigadores hallaron varios videos de películas de vampiros así como un libro del mismo tema, con anotaciones manuscritas. Durante los interrogatorios, Menzies dijo llamarse “Leon” Menzies, adoptando así el nombre del asesino profesional que encarnó el actor francés Jean Reno en la película del mismo nombre de Luc Besson, de la que poseía una copia en su casa



3 comentarios:

Solei Dantés dijo...

a lo que puede llegar la obsesion...

un vampiro no se hubiera dejado atrapar tan rápido.

Camile dijo...

Hay obsesiones malas, he dicho.
Incluso que atentan más que a tu propia vida, sino que a tu alma también...
Beso♥

daniel.elruso dijo...

Ostras que fuerte!!