VAMPIROS

Si hay en el mundo una historia acreditada, es la de los VAMPIROS. No les hace falta nada: testimonios orales, certificados de personas notables, de cirujanos, de curas, de magistrados. La evidencia juridica es de las mas completas. Con todo, ¿quien cree en los vampiros? ¿seremos todos condenados por no haber creído en ellos?

J.J Rousseau

2.24.2010

María

CAFE TACUBA

Sale sola de noche María,
pena por la ciudad,
recorriendo las calles que un día,
negó besos en la oscuridad.

Y se nubla la vista María,
porque duele recordar,
que los besos negados María,
nunca mas regresaran.


En las noches por ese camino,
algo extraño puede pasar,
al sentir en los labios el frio,
de otros labios que no veras.


Es María quien pena en las calles,
y debajo de un farol,
roba besos y vida a la gente,
mientras ella yace en un cajón.


María bonita,
María marchita.

El vampiro de Paris

El sargento Bertrand tenía un extraña preferencia, prefería a las mujeres muertas que a la vivas al momento de tener relaciones sexuales.

Durante meses, todos los cementerios de París y sus alrededores fueron escenario de una espantosa violencia, profanaciones de tumbas y sepulcros, cadaveres violados que presentaban huellas de mitulación. Cosa que provoco un gran escandalo en París.

Ante esta situación se abrió una investigación el 10 de julio de 1849.

Se pusieron guardias especiales en los cementerios, pero "El vampiro" cambiaba con regularidad los cementerios donde atacaba, por lo que las autoridades no podían apresarlo. En una ocasión pudieron verlo y apreciaron que vestía un uniforme militar.

En una ocasion lograron dispararlo, pero solo lo hirieron, de esto se obtuvo una muestra de sangre, lo cual podría ayudar mucho. Al día siguiente soldados dieron aviso a la policía parisina que uno de sus compañeros de armas había ingresado al hospital herido de bala. En donde se le capturó.

Bertrand confesó que tenía tendencias necrofílicas y que sólo destruía los cadaveres de varones porque se enojaba al no encontrar mujeres para satisfacer sus torcidos placeres.

En junio de 1849, se presenta ante el consejo de guerra y es condenado a un año de prisión. Poco tiempo después de salir en libertad, se suicida. En un pequeño cuaderno que se encontró mientras se investigaban los sucesos que rodearon su muerte, aparece el registro detallado sobre el tipo de relación que mantenía con cada una de sus amantes. De se lectura, uno podría pensar:

I. Que no se trataba de un amante en nada delicado y atento.

II. Que al contario. Sí, se trataba de un amante delicado y atento- en profundidad y grado máximo- esto explicaría la razón que lo llevaba, por ejemplo, a desmembrar el cuerpo de una joven muchacha para luego dispersar sus pedazos por todo el cementerio.

2.22.2010

Dead Souls

Sopor aeternus



Oculto detrás de misericordiosas sombras,
más allá de la cruel luz del día,
viviendo para cazar y matar,
los malditos hijos de la noche.

Arrastrando nuestra existencia,
inmune desde unos miles de siglos
y desde el atardecer hasta el amanecer
que padecen nuestra inmortalidad.

Ejércitos contaminan nuestras tumbas,
y cruces queman nuestra piel,
pueden matarnos una y mil veces,
pero somos, estos que siempre dejan
en el dolor, EN EL DOLOR.

Yo soy la resurección del hombre,
quien roba su propio cadaver
y secuestra a si mismo y al amado
en catacumbas y bovedas.

La muerte y la decadencia,
olor cadaverico.
Para nosotros no hay cielo,
ni un infierno, y sólo
los estigmas seran capaces
de traicionar.

La sombría existencia
de los antiguos días.


Después del beso
del amante muerto se cae en un sueño
pero con tu segundo nacimiento,
eres un prícipe en nuestro lugubre reino.

De día cuando un millon de soles
estan matando con su brillo
las criptas frías, oscuras...
me salvan a mí y a los mios...
a mí y a los mios
a mí y a los mios

La muerte y la decadencia,
olor cadaverico.
Para nosotros no hay cielo,
ni un infierno, y sólo
los estigmas seran capaces
de traicionar.

La sombría existencia
de los antiguos días.


La muerte y la decadencia,
olor cadaverico.
Para nosotros no hay cielo,
ni un infierno, y sólo
los estigmas seran capaces
de traicionar.

La sombría existencia
de los antiguos días.


La muerte y la decadencia,
olor cadaverico.
Para nosotros no hay cielo,
ni un infierno, y sólo
los estigmas seran capaces
de traicionar.

La sombría existencia
de los antiguos días...


2.19.2010

Abel y Caín

Buenas Lunas queridas almas oscuras, como muchos de ustedes sabrán muchos dicen que Caín es el padre de los vampiros y he aquí un excelente poema de un poeta que se ha vuelto bastante recurrente de este rincón escondido, Charles Baudelaire.

Otra cosa, recordemos que "Dios" acepto sin problema el sacrifio de Abel, mientras que con desprecio rechazo el de Caín, y por esto Caín mató a Abel... pero en este sitio no me voy a meter demasiado en este tema, ya que tengo tanto desprecio por la iglesia catolica, que este blog se volveria... totalmente contra ella, tal vez algún día haga un blog de esto, pero no se... siento meterme tanto en esto, aqui esta el poema:


Raza de Abel, duerme, bebe y come;
Dios te sonríe con complacencia.

Raza de Caín, en el fango
arrástrate y muere míseramente.

Raza de Abel, tu sacrificio
halaga la nariz del serafín.

Raza de Caín, tu suplicio
¿tendrá jamás un fin?

Raza de Abel, mira tus siembras
y tu ganado prosperar.

Raza de Caín, tus entrañas
aúllan el hambre como un viejo perro.

Raza de Abel, calienta tu vientre
en tu hogar patriarcal.

Raza de Caín, en tu antro
tiembla de frío, pobre chacal.

Raza de Abel, ¡ama y pulula!
tu oro hace también pequeños.

Raza de Caín, corazón que arde,
ponte en guardia contra esos grandes apetitos.

Raza de Abel, creces y ramoneas
como las chinches en la madera.

Raza de Caín, en las rutas
arrastra tu familia a la desesperada.

¡Ah, raza de Abel, tu carroña
engordará el suelo humeante!

Raza de Caín, tu tarea
no está hecha suficientemente.

Raza de Abel, he aquí tu verguenza:
el hierro ha sido vencido por la jabalina.

Raza de Caín, sube al cielo,
y arroja a Dios sobre la tierra.


CHARLES BAUDELAIRE

2.17.2010

Le danse macabre du vampire

Theatre des vampires



Impía sangre, mierda sangrienta
Soy tu pesadilla, tu condena
esta noches nos levantamos
para joder tu alma

Danza! Danza! Danza!... El vampiro

Impía virgen puta sangrienta
soy tu placer, tu sufrimiento
Esta noche nos levantamos para nuestra sed
esta noche nos levantamos para nuestra vida

Danza! Danza! Danza!... El vampiro

Oh, mi bella dama!
dejame beber de tu cuello!
dejame lamer tu cuerpo!
dejame tomarte!

Danza! Danza! Danza!... El vampiro
Danza! Danza! Danza!... El vampiro

2.15.2010

Gilles de Rais

Gilles de Rais fue un noble y asesino en serie francés del siglo XV que luchó en los años finales de la Guerra de los Cien Años junto a Juana de Arco, a la que siguió y en la que creyó siempre.



En esta guerra se fue pocisionando hasta convertirse en mariscal mientras iba haciendo una gran fortuna. La buena fama que lo represento en el combate contra los ingleses se vió casi perdida por las atrocidades que cometió cuando se retiró de las labores militares. Es posible que las acciones que realizó tengan que ver con una mentalidad psicópata originada en su infancia. Asesinó a centenares de niños en su castillo acompañado de una macabra corte formada por brujos, alquimistas, videntes, adoradores del diablo.

Era culto, aunque no reflexivo, ávido de riquezas pero más despilfarrador. Desde este momento se entrega a los más locos dispendios para satisfacer sus más caros caprichos. Gilles de Rais tenía pasión por todas las artes, especialmente por la música. Se exacerbaba con los cantos gregorianos llegando al éxtasis. Si oía decir que se había escuchado una hermosa voz, no descansaba hasta conseguir llevar a su servicio a quien la poseía, por muy lejos que estuviera, como los cantores contratados en Poitiers, André Buchet, de Vannes y Jean de Rossingol, de La Rochelle, a quienes pervirtió haciéndoles partícipes de sus orgías y crímenes.

Aunque tambien para volver a recuperar su fama se volvió bastante generoso, ayudando a cualquiera que se presentara en su castillo, ademas de dar grandes banquetes y presentaciones teatrales, que eran tan esplendidas que le hizo perder gran parte de su fotuna.

Gilles de Rais cae en manos de un embaucador, Prelati, que le prometió grandes riquezas que prodría obtener gracias a la magia negra. Prelati asegura a su señor que, en una de sus invocaciones, ha visto cerca de él al demonio, pero que esta aparición fantástica se desvaneció sin que hubiera podido pronunciar palabra alguna. El crédulo mariscal tenía un pánico atroz al diablo aunque nunca lo veía, hizo caso de Prelatti, con quien tenía una relación homosexual, y mandó que se redoblasen los ensalmos y los conjuros. En otras ocasiones Prelatti salía herido después de una de sus invocaciones, que siempre se relizaban en un cuarto escondido, causando en Gilles más pánico.

Llegó a utilizar varias de sus posesiones (no sólo el castillo de Tiffauges) para cometer sus crímenes, como el castillo de Machecoul, el de Champtocé y la casa de la Suze.

Una vez se aprovechó de unos niños que eran mendigos y que fueron a pedir limosna inocentemente a su castillo. Gilles los violó y desmembró. A algunos los violó ya muertos y con las entrañas al aire. Una vez muertos los abrazaba fuertemente y deliraba; en otras ocasiones se reía ante los últimos extertores del niño y muchas veces cortaba la vena yugular haciendo brotar la sangre, causándole gran placer.

En algunas ocasiones cuando asesinaba a una de sus víctimas se arrepentía y juraba partir hacia Tierra Santa para redimir sus pecados, pero al poco tiempo volvía a cometer las mismas atrocidades.

Durante los ocho años de terror, Gilles parecía no vivir en un mundo real, rodeado de gran fastuosidad y como si no se diera cuenta de las brutales acciones que llevaba a cabo. Según contó en el juicio que se le hizo, junto con su grotesca corte, cortaban las cabezas de varios niños recién muertos y hacían competiciones para elegir los rostros más bellos. Las cabezas eran ensartadas en picas y las iban calificando. Se llegó a contar que estas calificaciones las firmaba el mismo demonio.

Todo esto termino cuando el obispo de Nantes, Jean de Malestroit, investigó las desapariciones de Bretaña y vio que no eran casuales. Malestroit descubrió los crímenes gracias al hecho de que en plena depresión Gilles vendió uno de sus últimos castillos.

Fue encerrado en una prisión acomodada por su condición de noble. Se declaró al principio inocente, pero en uno de los trastornos de personalidad que ya sufría de años atrás, rectificó y se declaró culpable quedando muy arrepentido de lo que había hecho el día 15 de octubre y finalmente el día 22 ante los jueces eclesiásticos, comandados por el obispo de Saint-Brieuc, documentó todos los asesinatos y las vejaciones que practicaba a los niños (de entre 7 y 20 años), actuaciones pedófilas, rasgaduras, colgamientos del techo por ganchos, decapitaciones, etc. Dijo que hasta había bebido la sangre de los niños, incluso cuando estos aún estaban vivos, que "necesitaba aquel goce sexual" y que escribió un libro de conjuros con la supuesta sangre de los asesinados.
Se llegaron a constatar 200 víctimas aunque probablemente fueran muchas más. Fue condenado por asesinato, sodomía y herejía.